Los desafíos de la inteligencia emocional a la luz del contexto sanitario actual
Las relaciones que establecemos con nosotros mismos y con otras personas supone uno de los ámbitos más relevantes de atender en la vida cotidiana de las personas. En este sentido, el concepto de inteligencia emocional, desarrollado a lo largo del siglo XX y consolidado de la mano del Psicólogo estadounidense Daniel Goleman a mediados de los años 90. En términos generales, esta teoría se deriva de los estudios cognitivos iniciados en los años 20 y consolidados por Howard Gardner en su teoría de las inteligencias múltiples. Se enfatiza la relevancia que toman los aspectos emocionales primitivos, propios de áreas del cerebro como la amígdala e hipocampo, en la relación intra e interpersonal de los sujetos, tomándose el concepto de ‘’inteligencia’’ ligada a las emociones, como un constructo cognitivo esencial, y no solamente como una habilidad medible. En esta línea Díaz y Sierra (2020) proponen considerar a este constructo como un aspecto central a favorecer en equipos de salud, considerando el contexto de la pandemia, e indican que el fortalecer estos aspectos en profesionales de la salud ‘’(…) contribuye a su bienestar personal, previene el síndrome de burnout y ayuda a la creación de ambientes laborales seguros, objetivos fundamentales a la hora de enfrentar desafíos como la pandemia actual’’ (pp. 59). A su vez, profundizan en torno a ‘’Cuatro habilidades de la inteligencia emocional que son particularmente importantes en la práctica clínica (autoconciencia, autorregulación, conciencia social y manejo de relaciones)’’ (pp. 59). De esta manera, la posibilidad de establecer prácticas de capacitación y reflexión en torno a temáticas como la anteriormente descritas, suponen un desafío fundamental para acompañar el desarrollo profesional de las personas, y como mencionaban los autores, en particular de aquellas que se enfrentan a la situación de pandemia de manera directa. Por lo tanto, la utilización de herramientas de la inteligencia emocional, acompañadas de prácticas de autocuidado y cooperación, pueden permitir favorecer significativamente la calidad de vida de las personas, en particular en sus espacios laborales. Finalmente, estos conceptos suponen un desafío en todo ámbito de la vida, por lo cual, su consideración a lo largo de los procesos educativos desde la infancia, puede permitir construir y establecer relaciones (tanto intra como interpersonales) que se basen en aspectos como respeto, empatía y tolerancia.
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Ps. Martín Yáñez Ferrer
Psicólogo Clínico
Universidad Diego Portales
- Sierra-Tobón S, Díaz-Castrillón CE. Inteligencia emocional y práctica clínica en tiempos de pandemia. Rev CES Med. 2020; Especial COVID-19: 59-68. Recuperado el 13 de agosto de 2021 de: Vista de Inteligencia Emocional y practica clínica en tiempos de pandemia (ces.edu.co)